Lo que aún no sabemos acerca del café
Cuando tomamos u oímos hablar del café lo asociamos directamente o en la mayoría de los casos a su principio activo, la cafeína.
Este tipo de bebida lo consumimos en gran parte para romper nuestro ritmo cardíaco y rendir más a lo largo del día.
La concentración más alta se produce a los 45-60 minutos de haberlo ingerido, posteriormente su efecto va perdiendo eficacia.
El hígado va descomponiendo la cafeína en sangre haciendo que volvamos a notar ese cansancio del que queríamos deshacernos.
Más allá de ver al café como algo que nos estimula para mantenernos despiertos y activos durante el día, éste tiene muchos más beneficios de los que muchas veces estamos al margen o no somos conscientes de ellos:
Una dosis moderada de cafeína altera el metabolismo de las células de Sertoli, que apoyan el desarrollo de los espermatozoides.
Ya no es solo un buen aliado contra la diabetes, el párkinson, la vista o el cáncer sino que también es beneficioso para el hígado.
Las razones por las que el café hace vivir más tiempo son aún desconocidas, pero lo que sí sabemos es que los bebedores de café son menos propensos a sufrir enfermedades respiratorias, íctus, diabetes e infecciones.
Lo más sorprendente es que cuando consumimos cafeína, durante 30 minutos nuestra capacidad de reconocer palabras con connotaciones positivas aumenta.
Tener un buen día es cuestión de proponérselo, pero si a ello le sumas un poco de café, está al alcance de cualquiera.